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La ecografía ginecológica es un método que permite visualizar los órganos reproductores de la mujer. Hoy en día se realiza de elección por vía transvaginal habiendo sido uno de los grandes avances de la ecografía dicho acceso, pues la calidad de la visión es muy superior a la vía abdominal, permitiéndonos unos diagnósticos mucho más precisos.
Además de la ecografía de rutina en las revisiones anuales, en caso de ser preciso, en el centro se puede realizar un estudio ecográfico ginecológico por parte de un especialista en ecografías, que valorará e informará al momento el proceso en cuestión.
Evidentemente la ecografía ha supuesto un grandísimo adelanto en el diagnóstico de múltiples patologías de los órganos sexuales internos, como de los procesos fisiológicos del ciclo menstrual, habiendo sido fundamental asimismo en el avance del estudio de la esterilidad y de los tratamientos de reproducción asistida.
En cuanto a los controles de la estimulación ovárica, la misma es mucho más precisa utilizando la ecografía multiplanar, que nos permite movernos virtualmente por todo el ovario en el plano que más nos convenga.
Ecografías habituales a lo largo de la gestación:
La existencia del embarazo, y su situación, viéndose un saquito lleno de líquido, que ha de aparecer dentro del útero, con lo que descartaremos el embarazo ectópico (fuera de la matriz) patología que, hasta la aparición de la exploración ecográfica, constituía una situación muy grave, pues su evolución es reventar y provocar un sangrado que en muchas ocasiones significaba la muerte de la mujer, por lo que no hace falta resaltar la importancia que ha tenido este método.
Después de las 6 semanas aparece el embrión y ya se puede detectar el corazón de mismo, comprobando que el embarazo no es un huevo huero (ausencia de embrión) situación que clásicamente comportaba largas estancias en cama pues la prueba de embarazo salía positiva y el final era inexcusablemente el aborto, habiendo creado unas expectativas falsas en la mujer. En definitiva, permite ver cuándo el embrión deja de evolucionar y comprobar si el corazón ha dejado de latir.
Tras las 12 semanas se procede a la medición del pliegue nucal que, junto con un análisis de sangre, nos dará el resultado del Tiple Screenuing, que valora el riesgo de que el feto tenga Síndrome de Down (Mongolismo) o de Edwards. Evidentemente además veremos como se va formando el embrión, como van apareciendo las extremidades, como se mueve, etc.
A las 16 semanas es cuando, si procede, se realiza la punción de amniocentesis precoz, que se efectúa controlada por ecografía. Consiste en obtener una cierta cantidad de líquido amniótico que se remite al laboratorio para analizar las células fetales que están en el mismo y conseguir el cariotipo fetal, permitiendo diagnosticar todas las enfermedades debidas a la alteración del número de cromosomas o las deformidades en los mismos.
Normalmente a los 10/20 días de realizar una amniocentesis, se realiza una ecografía de comprobación de que el feto está bien, y de que se ha recuperado el líquido amniótico.
Sobre las 20 semanas se realiza la ecografía morfológica de alta resolución, exploración que debe ser realizada por un especialista y en la que se comprueba si el feto no presenta ninguna malformación visible. En dicha exploración, el ecografista va a comprobar, de forma sistemática, todos los órganos fetales. Si bien dicha exploración es de gran utilidad y eficacia, hay que tener presente que existen malformaciones fetales que no pueden verse y otras que aparecen más tarde.
En el tercer trimestre, los controles rutinarios permiten ver si el feto crece correctamente, su situación dentro del útero y si la placenta y el líquido amniótico no presentan alteraciones. Se realiza una última exploración por el ecografista, quien comprobará nuevamente que no haya aparecido alguna alteración de expresión tardía, y comprobará también, mediante Doppler color, el riego sanguíneo fetal, para descartar alteraciones en el mismo que impliquen que el feto está en una situación de incomodidad o sufrimiento.
Como siempre en medicina, esta somera guía expuesta debe adaptarse a cada paciente, y también puede sufrir variaciones en los diferentes centros obstétricos, pues, como dice el aforismo médico, “no hay enfermedades sino enfermos” que, extrapolado a la obstetricia diríamos; “No hay embarazos sino embarazadas”.
En caso de tener alguna duda o desear alguna aclaración, puede Vd. Enviar un e-mail a nuestra dirección: consulta@samaranch.com.